Manchus y yo poco sabemos sobre la historia de los hombres. Sin embargo, un tema sobre el que estamos someramente enterados es
Pero Berlín no fue como una de esas películas. Caminamos y caminamos. Visitamos museos, monumentos, iglesias, hasta los restos de una pared. Si no fuera por sus conversaciones Manchus y yo nos hubiéramos aburrido de los lindo.
Por ejemplo, ante un parque con juegos para niños y una pequeña escuela Alejandro comentó lo siguiente:
—Es increíble que ahora jueguen niños sobre este lugar. — Exclamó Alejandro después de que Mr. Pieper le explicó que en esa manzana estuvo ubicada la última casa de Adolf Hitler y que su famoso ahora estaba cubierto por bloques habitacionales.
Mr. Pieper es papá de Johannes, nuestro anfitrión y abuelo de Juanito, un oso muy grande que nos dijo muchas cosas de Berlín. No sabíamos que estuvo dividida por un muro y que la gente se peleaba por saltarlo. Le encontramos sentido a la historia hasta que visitamos Checkpoint Charly y nos enteramos de todas las historias de escape de Alemania de Este a Alemania del Oeste. Ese fue un museo divertido pues parecía salido de esas películas que comentaba al principio. Sin embargo, Moni y Alex no salieron tan a gusto pues argumentaban que era una visión demasiado gringa y parcial del Berlín de la posguerra.
No sabemos si Moni y Alex estaban en sus cinco pues se tomaban un litro y medio de cerveza diario, así que no les hacíamos mucho caso y nos aprovechamos de sus etílicas costumbres y les robamos varios centilitros.
Como no nos dejaron comprar souvenirs para la comitiva nos tuvimos que traer cachos de esa pared que tanto fotografían.
1 comentario:
Espero que junto al buró de Scorchy esté un pedacito de muro...
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