viernes, 1 de febrero de 2008

Tere y Teresa




En octubre nos visitó Tere, gran amiga de Alejandro y gran fan de este espacio espinoso. Como nada más estamos buscando pretextos para viajar, su visita fue el detonante para nuestra gira artística más diversa.

La primera parada de esta gira fue Lisboa. Alejandro escuchó Madredeus como dos días seguidos y estaba ilusionado con encontrarse con una Teresa Salgueiro basquetbolera.

A pesar de que siempre somos previsores, esta vez no reservamos ninguna habitación y nos fuimos a la aventura. La suerte tuvo piedad de nuestras cargadas espaldas y no caminamos más que unas cuantas cuadras. Encontramos una pensión “modesta, céntrica y barata” que nos sirvió de cuartel general para nuestros tres días en la ciudad del fado.

El primer día nos comimos Lisboa a píe. De Baixa a Chaiado y de ahí al Castillo de San Jorge para comer en una fondita acogedora en Alfama. Yo comí caldo verde con moscas pero Tere y Alejandro probaron desde el bacalao hasta la carne, pasando por los quesos.


Al día siguiente tomamos el tren y llegamos a una ciudad que bien pudiera estar en alguno de los cuentos de Christian Andersen. Bosques, castillos y casitas de colores y un poco de frío fue lo que encontramos en Cintra. Sin lugar a dudas, la frase del viaje se dijo cuando al ver el Castillo encaramado en una montaña de unos 1,500 metros Alejandro le propuso a Tere subir andando. “Pero tu estás enfermo” fue la sincera respuesta de Tere, pero ni así tomamos el bus. Finalmente valió la pena pues me hice de unas coníferas y unos escarabajos aceitosos maravillosos. Ellos vieron coronado su esfuerzo al llegar al castillo y ver Portugal a sus pies.

El último día lo invertimos en Belén. No el Belén de la navidad, sino otro Belén. Ahí lo mejor fueron unos pastelillos de crema con azúcar quemada raramente bautizados como pastelillos de Belén. Aunque la discusión más interesante fue ocasionada por el “monumento a los exploradores portugueses”, que mis compañeros lo renombraron como el “monumento a los conquistadores”.


Todas las noches las pasamos en “Diario de noticias”. Si dejara acá el comentario todos pensaría que estuvimos en una hemeroteca ó en una biblioteca, pero la verdad es que así se llama la calle de la juerga lisbonense y con cubatas a 2.5 euros era difícil no pasar por ahí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido Scorch;

Es todo un honor compartir con la Salgueiro un encabezado de tus narraciones, pero el honor más grato, especial, entrañable, querido y memorable ha sido compartir contigo y con Alex (el parlanchín latoso y el callado pensativo) este viaje.
Gracias por la frase de la "pequeña criatura" que es una de las favoritas. Alex: gracias por la calidez de tu sudadera gris en mitad de Diario de Noticias y contiguas (y lo que eso representa).
Cariño fuerte!!
Teresa