Antes de que escriba sobre nuestro viaje a Sevilla vale la pena recordar que el año pasado Alejandro se volvió un doctorando con todas las de la ley. Molo y Samara fungieron como interventores de gobernación para dar fe a la transformación de licenciado en doctorando, algo así como la transformacion de la oruga en mariposa, o el huevo en gallo.
Como en es costumbre en las presentaciones de Alejandro ante tribunal hubo un sinodal que se lució y terminó hablando más que él y otro que lo defendió. Afortunademente éste ultimo fue su asesor y le valió para obtener una buena nota. No abundaré más en la exposición de Alejandro porque ya se la sabrán de memoria, todo eso de las consecencias del 11-S que yo no termino por entender a pesar de que mi casita esté invadida de ensayos y libros sobre el asunto.
Más que la nota o la misma exposición, lo que me dio gusto como su compañero de viaje es ver a varios de sus amigos reunidos allí (con todo y que no había bebidas alcoholicas en el examen).
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