Varios me han preguntado: "¿Querido Scorchy, por qué no escribes más seguido? y esta es una buena oportunidad para contestar. Surgen los rumores de que se me ha acabado la tinta de las aventuras o que me he vuelto en un puercoespín comodino. Ninguna de las dos.
Alejandro me ha puesto un poema que tiene una estrofa que dice "sucede que me canso de ser hombre" y ante la escasez de letras en estos últimos meses podría haberlo robado y decir "a veces me canso de ser puercoespín" pero no es verdad, es sólo que el frío me hace dormir más. Al fin y al cabo si los osos y las marmotas pueden hibernar por meses, por qué no puedo dormir más.
Se que mis lectores son gente informada y sabe que esta semana cayó una épica nevada en Barcelona. He aquí la foto desde nuestra ventana para que vean a qué me refiero cuando hablo de frío, y los demás habitantes de la habitación de Alejandro no me dejarán mentir.
Seguró con la primavera, cuando los botones de las flores se llenen de olores y colores, y los periquitos simulen escuadrones ruidosos de F-16 y zumben por nuestra ventana tendré más ánimos de salir a buscar aventuras. Mientras me contento con platicar con Rex y los muchachos y ver como Alejandro le da vueltas a sus temas preferidos, mientras toma té y come chocolate.
Ayer me ha dicho Alejandro que volveremos subirnos a un avión y a llenar la maleta de sueños y aventuras, esta vez para ir a Londres, una de las grandes ciudades que nos falta por caminar.
Mientras espero esta nuevo viaje, prometo contarles el bautizo académico de Alejandro en la conocidísima ciudad de Aberystwyth (¿se pueden más consonantes?) y nuestro viaje de fin de año a México, Los Ángeles y Las Vegas.
Alejandro me ha puesto un poema que tiene una estrofa que dice "sucede que me canso de ser hombre" y ante la escasez de letras en estos últimos meses podría haberlo robado y decir "a veces me canso de ser puercoespín" pero no es verdad, es sólo que el frío me hace dormir más. Al fin y al cabo si los osos y las marmotas pueden hibernar por meses, por qué no puedo dormir más.
Se que mis lectores son gente informada y sabe que esta semana cayó una épica nevada en Barcelona. He aquí la foto desde nuestra ventana para que vean a qué me refiero cuando hablo de frío, y los demás habitantes de la habitación de Alejandro no me dejarán mentir.
Seguró con la primavera, cuando los botones de las flores se llenen de olores y colores, y los periquitos simulen escuadrones ruidosos de F-16 y zumben por nuestra ventana tendré más ánimos de salir a buscar aventuras. Mientras me contento con platicar con Rex y los muchachos y ver como Alejandro le da vueltas a sus temas preferidos, mientras toma té y come chocolate.
Ayer me ha dicho Alejandro que volveremos subirnos a un avión y a llenar la maleta de sueños y aventuras, esta vez para ir a Londres, una de las grandes ciudades que nos falta por caminar.
Mientras espero esta nuevo viaje, prometo contarles el bautizo académico de Alejandro en la conocidísima ciudad de Aberystwyth (¿se pueden más consonantes?) y nuestro viaje de fin de año a México, Los Ángeles y Las Vegas.
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