martes, 15 de mayo de 2007

A día de hoy


Esta vez fuimos al Auditori y nos tocó una noche de esas en que las nubes amenazan con inundar el mundo y sólo se contentan alumbrando el cielo como si este fuera una gran cámara con flash integrado. Patu y Gordu se quejaron pues casi se pierden el concierto por culpa del trabajo de Gaby. Por fortuna la hora del concierto era atípica y a eso de las 10:30 todos corrimos para instalarnos en nuestras butacas de 20 euros. Una vez más, como en el caso del concierto anterior, la suerte estuvo de nuestra parte y sí bien no estábamos compartiendo butacas con las palomas había unas 10 filas de asientos libres enfrente de nosotros. De tal manera que cuando apagaron las luces y los músicos dejaron salir sus primeros acordes, al mejor estilo mexicano, nos saltamos todas las líneas que pudimos. Unos catalanes se mostraron dubitativos, pero otra mexicana y su acompañante argentina si que nos siguieron ante las atónitas miradas de los demás espectadores. Yo saltaba de la emoción, pues ahora podía ver mejor lo que ocurría en el escenario. Alejandro parecía estar a gusto con el movimiento pues quedó en un mejor ángulo para espiarle el perfil a la citada argentina.

El concierto estuvo lleno de canciones que yo no conocía y al parecer tampoco Alejandro. Luego me explicó que era la presentación del nuevo disco de Aute y que por eso no conocíamos las canciones. Aun así, cada tres o cuatro temas nuevos, el artista complacía a su callado público catalán, que por cierto tardó como 45 minutos en gritar su primer “¡guapo!” o “¡te quiero!” al Aute. Sonaron Giraluna, Slowly, Mojándolo Todo y Me va la vida en ello y el público amenazaba con despertar, pero el intento se quedaba en amenaza cuando oían otro tema nuevo.

Sobre los temas nuevos, a Alejandro le llamó la atención uno inspirado en Imagine, otro en homenaje a Velásquez, Goya y Picasso y el que el da el título al disco, A día de hoy. Estos últimos días se ha convertido en una de sus canciones más escuchadas. Les pondré un pedacito de la canción. Ustedes le ponen la música, compran el CD o lo bajan de Internet.

"A día de hoy podría decir que la sombra que arrastro se me escapa.
A día de hoy podría decir que perdí los tesoros de los mapas
A día de hoy sólo puedo decir que la nada fue el fin de cada etapa
A día de hoy solo quiero decir que no se de donde vengo ni a dónde voy
A día de hoy podría decir que el azar fue el demiurgo de mis sueños"

Cuando terminó esa canción Aute guardó a sus músicos y sólo hizo uso de la guitarra. Con ella cantó Las cuatro y diez, De alguna manera, Sin tu latido y Anda. El público por fin despertó, cantó y vitoreó a Aute. Se despidió y regresó un par de veces más. Una para cantar Volver a verte que casi nadie cantó pero que Alejandro si interpretó con su horrible voz. La última parecía ser La belleza pero fue una trampa y cantó otra que ahora no recuerdo. —¡La belleza! — gritaba Alejandro a todo pulmón. Uno que otro se unía a su reclamo, pero cuando prendieron las luces se vieron derrotados. Todo lo que repitió Alejandro en el bus de regreso a casa fue un —¡No cantó La belleza! —.

miércoles, 2 de mayo de 2007

La canción de Penélope



El concierto de Loreena Mckennitt fue todo un evento que sacudió la vida familiar. Alejandro se puso una polo, un pantalón de pana y hasta zapatos. Creímos que eso ocurría sólo cuando pasaba el Haley, ya que ni con la perspectiva de salir con una tía guapa se acicala tanto.

Con el Patu y el Gordu también perjumados, partimos hacía el recinto del concierto. Creíamos que nos iba a tocar atrás del atrás y ni con binoculares podríamos ver a la dichosa Loreena. Por fortuna el recinto era muy pequeño y nuestros asientos estaban casi en medio del en medio.

Sin retardo alguno comenzó el concierto. The mummers’ dance, Caravanserai, The Gates of Istambul sonaron y Gaby y Alex parecían como hechizados por el arpa de la rubia mujer.

Antes de la cuarta canción Loreena dijo lo siguiente:

I think of the journeys undertaken by many people in ancient times: arduous, often lengthy, and with the prospect of never returning always a possibility. Indeed, these are not just ancient experiences but also contemporary ones. And when we think of journeys, we hear not only the voices of those doing the leaving –to fight wars, to flee persecution, or simply in search of a better life- but also the voices of those who are left behind. Hence the perspectives of Odysseus’s wife Penelope comes to mind. This song is very special for us, is called Penelope’s song.”

Como si fuera a capturar un pez o una mariposa, Alejandro sacó su cámara y la puso en modo de video. Desde que comenzaron los acordes introductorios de la canción le cambió el semblante. Digamos que se le suavizó tanto que corría el riesgo de derretirse. Intentó seguir con la cámara lo que ocurría en el escenario, pero las manos le temblaban y de sus ojos empezaron a escurrir gotitas saladas. Al terminar la canción tardó un tiempo en reaccionar y aplaudir como el resto del público. El concierto siguió pero su semblante no llegó a ser tan natural y limpio como en esa canción. Le he preguntado que sintió durante la canción y lo único que conseguí fue un -escúchala Scorchy- He aquí la canción, la menos la letra. Si alguien conoce mejor a Alejandro favor de decirme que pudo pensar al escucharla, la duda me come.

Now the time has come
Soon gone is the day
There upon some distant shore
You’ll hear me say

Long as the day in the summer time
Deep as the wine-dark sea
I’ll keep your heart with mine
Till you come to me.

There like a bird I’d fly
High through the air
Reaching for the sun’s full rays
Only to find you there

And in the night when our dreams are still
Or when the wind calls free
I’ll keep your heart with mine
Till you come to me.

Now the time has come
Soon gone is the day
There upon some distant shore
You’ll hear me say

Long as the day in the summer time
Deep as the wine-dark sea
I’ll keep your heart with mine
Till you come to me.