miércoles, 21 de octubre de 2009

Desmentido

Barcelona amaneció nublado y, como se debe en un día nublado, permanecí dormido hasta cerca de medio día. Quizás hubiera dormido un poco más pero Alejandro me despertó algo alterado pues en un artículo de La Vanguardia encontró un noticia sobre una colonia de erizos (puercoespines) que sobrevive en el Parque de la Ciutadella. Llenó de suspicacia, enseguida me preguntó si yo tenía algo que ver con este raro aconteciminto.

Así que como se hace en los programas de televisión aclararé mi relación con esta afortunada colonia de erizos barceloneses. Aunque se parezcan a mí, no hay relación consanguinea con ninguno de ellos. Los conocí cuando Alejandro iba a jugar basquet en una cancha aledanea al parque. Me han invitado a cenar varias ocasiones, pero desde que cerraron la pista de baloncesto me es complicado desplazarme hasta allá.

Hace poco más de un mes los visité con el pretexto de un concierto de jazz en la Ciutadella. Quedamos en salir a la luz y formar una organización no gubernamental o un partido político para defender nuestros derechos. ¿Si puede marchar la falange por la calle o existir un partido pirata por qué no una organización de erizos barceloneses e inmigrados?

Les dejo el link con los simpáticos biólogos que nos fueron a visitar a mis amigos y me despido con la promesa de un nuevo post sobre nuestro viaje veraniego a Liverpool y Gales.

http://www.lavanguardia.es/premium/publica/publica?COMPID=53808707295&ID_PAGINA=200806163&ID_FORMATO=9&PAGINACIO=1&SUBORDRE=3&TEXT=

sábado, 29 de agosto de 2009

Paris Je t'aime



Una vez que Alejandro ha terminado su primer capítulo y mientras se divierte jugando como un niño con su pelota de basket en la sala, por fin he podido apoderarme de su lap-top.

Esta vez les contaré las viscictudes de nuestra segunda visita a Paris. Esta visita nació de la frustración que nos dio después de no poder ir a Helsinki a ver a Caro y su compañero Pingüi. Así que una vez que Caro y Pingüi confirmaron su visita a Barcelona simplemente decidimos acompañarlos a Paris.



De último momento Gilmar también se unió a la expedición y nos embarcamos en un vuelo de Vueling a las 6 am que como saben afectó bastante a mi dormilón compañero Alejandro.

A pesar del horario -o gracias a él- pudimos aprovechar muy bien nuestro primer día en la Ciudad Luz. Gilmar, Alejandro y yo nos quedamos en casa de Angéle -una vieja amiga de Alejandro- mientras que Caro se hospedó con una amiga suya.

Todavía ni habia pasado medio día cuando el equipo ya estaba partido ya que no pudimos encontrar a Caro. Gracias a la maravilla de los teléfonos móviles (y una factura posterior de 50 euros) nos pudimos encontrar de nuevo y turistear por esa iglesia con gárgolas parlanchinas que sale en tantos libros y películas. También paseamos por el Sena, curioso río ese, pues no hay patos, peces, nada de nada y todo munod le toma fotos como si fuera la novena maravilla del mundo, en fin turistas.

El día siguiente estaba emocionado pues Gilmar nos iba a llevar al mercado de pulgas, donde yo pensé que podría comprar un quiche o una crepe de pulgas para comer, pero cuál fue mi sorpresa cuando sólo vi un mercado parecido a la lagunilla, donde los insectos más numerosos eran las presumidas moscas parisinas.

Como la lluvia nos sorprendió el domingo tuvimos que ir al Centre Pompidou a guarecernos. Vimos una linda exposición de esculturas de Alexander Calder sobre el circo y burlando la seguridad pude subirme al trapecio y a la jaula de los leones, que afortunadamente eran de alambre.

Al otro día emprendimos la expedición al Palacio de Versalles. Contra las recomendaciones de Angéle llegamos tarde y tuvimos que hacer una cola de dos horas. Aun así pudimos ver el show de fuentes (que nada tiene que pedirle al de Barcelona) y la majestuosidad de las cámaras, antecámaras y ante-antecámaras de ls reyes franceses.

Por último, y aunque ese día la noticia fuera el breve rifi rafe entre Gilmar y Caro a causa de no ponerse de acuerdo en dónde comer, fuimos al celebre Louvre para ver algunas de las pinturas que rebosan los libros de historia del arte. Obviamente, no pudimos ver todo el museo, pero salimos con buen sabor de boca.

Ese mismo día hicimos un pic-.nic junto al canal de St. Martin con Angéle y por fin pude probar algunos mosquitos franceses acompañados con algo de hierba.


Dicen que la tercera es la vencida, así que no dudo que regresemos a Paris en algún otro momento.

martes, 23 de junio de 2009

Dziękuję Poznan



Just for this time I will write in English (Remember I’m almost a trilingual porcupine). The cause is simple, the friends we visited in Poznan don’t speak very good Spanish and we would like them to understand that we had a great time in their city.

As a birthday present Alejandro reserved a cheap flight to Poznan. We were not interested in the famous conference that was held in that city or in the cold weather but in visiting our first polish friend, Kasia. We met Kasia in Barcelona almost a year ago and she made very good friends with Alejandro because of a common interest in basketball and movies.



So we traveled as illegal immigrants (Alejandro had his ID card expired but he likes strong emotions) and hopefully we found no policemen in the airport. Even though it was the end of winter, the weather was almost polar and my thorns were almost frozen. Alejandro used the onion tactic, with a lot of layers of clothes.


We stayed at a cozy hostel where we were the only guests. The Hostel was inhabited by a nice dog that every time he saw us demanded Alejandro to play with him. We met Kasia in Poznan downtown and before we got frozen we found her and introduced us to one of the best beers we have tasted, Fortuna Czarna, according to Alejandro is rare mix between a Coke and a Negra Modelo.


Next day it was sunny and we visited Poznan Cathedral, and again we were the only visitors. We got the feeling hat it was not touristic season in Poland. We visited a nice park with a little lake for rowing and I could find some herbs and insects to fight the cold weather. Hopefully we met Kasia before dinner, because Alejandro was starving and I honestly doubt that he could have ordered something to eat in polish.


That same night we met with Magda, another friend we met in Barcelona a year ago and we danced some polish music in a rare and cozy bar. We passed very good time but sometimes we felt lost in translation, it is kind of bizarre not to understand what your neighbor is talking about just beside you.



For you to know, Poznan is a very beautiful city inhabited by a lot of students. It has a gorgeous downtown with a beautiful City Hall and colorful houses of ancient times. We also visited a park with airplanes and tanks in the middle, kind of scary but worthy of watching.



On Saturday we went to Wroclaw (it is not pronounced as it is written) one of the cities with the most bridges in Europe and had a very good time, we even had a beer in a bar with communist decoration, As you can imagine Alejandro was thrilled. I was thrilled we all the gnomes and dwarfes that inhabited the citie long ago. I even sat and talk with one of them.



As all the good times, this one didn’t lasted too much and we had to come back to our Catalan reality, but not without nice presents like a polish tourist guide, a little bottle of Vodka and a lot of Polish Music.


We are looking forward to see Kasia and Magda again!

domingo, 24 de mayo de 2009

Olé, Olé, Sevilla




El año pasado también fuimos a Sevilla. Fue nuestro último paraje con Molo y Samara. Esto es importante porque fuimos específicamente a Sevilla por la Bienal de Flamenco. No, Alejandro no ha abandonado el doctorado y se ha metido de cantaor, pero nuestra amiga Samara sí se deja tentar por “el duende” y nos dio unas clases de apreciación del cante en el único concierto al que la acompañamos.


Además de ser la capital del flamenco, Sevilla es una ciudad de esas con ríos en medio que nos gustan tanto. En este caso es el Guadalquivir el que parte la ciudad en dos y nos deja paisajes dignos de disfrutarse en una tarde de otoño. Por ejemplo, pasear por la riera y encontrarse la Torre del Oro o la Plaza de Toros.


Otro paraje curioso es la Catedral, con su torre de la Giralda donde las gitanas se ponen a leer la mano de los turistas ingenuos que cuando se dan cuanta tienen que desprenderse de un euro o exponerse a una fea respuesta de la pitonisa. Sin embargo mi lugar preferido fue el Parque María Luisa, porque albergaba una variedad de plantas muy sabrosas que a su vez alojaban insectos suculentos que salían después de que acabara de llover.



Para Alejandro también merecen mención especial la comida y la bebida, y específicamente su módico precio —ajustado a los bolsillos andaluces— en comparación con Barcelona.


Bueno, con este pequeño post acaba la remembranza de ese 2008 que nos dejó tantas aventuras.



jueves, 30 de abril de 2009

Doctor-ando


Antes de que escriba sobre nuestro viaje a Sevilla vale la pena recordar que el año pasado Alejandro se volvió un doctorando con todas las de la ley. Molo y Samara fungieron como interventores de gobernación para dar fe a la transformación de licenciado en doctorando, algo así como la transformacion de la oruga en mariposa, o el huevo en gallo.


Como en es costumbre en las presentaciones de Alejandro ante tribunal hubo un sinodal que se lució y terminó hablando más que él y otro que lo defendió. Afortunademente éste ultimo fue su asesor y le valió para obtener una buena nota. No abundaré más en la exposición de Alejandro porque ya se la sabrán de memoria, todo eso de las consecencias del 11-S que yo no termino por entender a pesar de que mi casita esté invadida de ensayos y libros sobre el asunto.

Más que la nota o la misma exposición, lo que me dio gusto como su compañero de viaje es ver a varios de sus amigos reunidos allí (con todo y que no había bebidas alcoholicas en el examen).

martes, 7 de abril de 2009

Sem dobri


El año pasado vinieron a visitarnos el primo de Alejandro, mejor conocido como el Molo, y su novia Samara. Como es nuestra costumbre, siempre intentamos acompañar a nuestros visitantes en sus viajes (aunque hagamos mal tercio). Después de algunas semanas de discusión sobre los destinos a visitar se tomó la decisión de ir a una de las ciudades que más quería conocer Alejandro, Praga.


En Praga nos recibió amablemente Paola, amiga del Molo y ahora amiga nuestra también. Fue nuestra guía, traductora e interprete de la cultura checa. Nos enseñó frases básicas como a decir salud, nasdrovia; buenos días, dobri dem; y estoy bueno, sem dobri. Alejandro se aprendió muy bien al última frase para poder ligar con alguna chica checa y robarle una sonrisa. Por desgracia sólo pudo aplicarlo una vez y aunque la chica sonrió supongo que no le entendió.


Praga está llena de casitas bonitas, de castillos, de iglesias de techos verdes y de puentes, muchos puentes. El más famoso es el Puente Carlos, del cual tenemos muchas fotos (siempre con turistas). En una de las sesiones fotográficas tuvimos uno de los encuentros más extraños de nuestra estancia europea, pues mientas Alejandro y yo nos tomábamos una foto, a tres metros una chica se autofotografiaba con una nutria más o menos de mi tamaño. Fue un encuentro curioso pues demostró que no era el único animalito que viajaba por el mundo y le quitó algo de locura a Alejandro. Obviamente nos tomamos una foto juntos para registrar el hecho.



Paola y su entonces novio, nos llevaron a Cesky Krumlow y Cesky Budejovice. La primera es una ciudad que es patrimonio de la Humanidad y la segunda pues no tenía nada especial salvo una gran plaza central con una enorme torre en el centro que daba una genial vista del paisaje checo. Fue un viaje de un día y lo cerramos comiendo cerdo y papas y bebiendo cerveza.


A propósito de comida, dada la temporada sólo pude comer algunas yerbitas mientras que Alejandor y compañía se atascaron de bramborakis, bramborackas, bejerovkas,, knedlíky y demás platillos ultracalóricos que acompañados con los litros de cerveza a un euro le hicieron una simpática pancita a Alejandro.


Podría contar más cosas del viaje, como la aparatosa caída de Alejandro y la desinfección de sus heridas con perfume de mujer, o los trucos de magia del Molo en un restaurante local a una señora que llevaba horas bebiendo pero prefiero terminar con el encuentro que tuve con Krtec, un simpático topo que es famoso en República Checa y tiene su propia caricatura. A pesar de que sólo coincidimos 4 días nos hemos hecho grandes amigos y le he prometido promocionar sus caricaturas en mi blog.


miércoles, 18 de febrero de 2009

México otra vez





Esta vez el viaje a México fue planeado con anticipación. Como la vez pasada, y debido a que es la manera más barata de llegar según Alejandro, cruzamos por Gringolandia, específicamente por Nueva York. Nuestra estancia invernal en la Gran Manzana será tema de otro post.

Llegamos a México justo a tiempo para el famoso Maratón Guadalupe-Reyes, en el cual Alejandro tuvo una destacada participación, su panza chelera-fritanguera es prueba fehaciente de su notable esfuerzo. Yo me reencontré con mis primos y les conté todas las aventuras del año. Como Urchy y Torchy son puercoespines caseros dudaron de mucho de lo que les decía pero al ver las fotos del blog como que se lo pensaban y me daban el beneficio de la duda. Pasamos un gran rato molestando a Alejandro y a sus hermanos, fue como la reunión de los tres mosquiteros (ojo, los que cazan mosquitos).

Lo mejor de la estancia fueron los 5 días que pasamos en Nautla. Dados mis escasos conocimientos de geografía les diré lo que me comentó Alejandro: “Es una playa virgen entre Veracruz y Tecolutla, hay muchos insectos y plantas varias, así que seguro se la pasarán bien.”. Tenía razón, nos hartamos de comer insectos y plantas tropicales y hasta hicimos algunos amigos cangrejos. Mientras, Alejandro y su familia se divertían de una forma rara, ya sea asoleándose, bamboleándose en las olas del mar o visitando ruinas.

Otro evento memorable de nuestra estancia mexicana fue la graduación de Alejandro como cocinero enfrente de su mamá. Territorial como todas las amas de casa, su mamá desconfiaba de las recetas de su hijo, hasta que las probó un par de veces. Ya entrada en confianza con frecuencia le encargaba a Alejandro que hiciera la comida mientras ella salía a pasear. Obviamente el menú alejandriano estuvo lleno de cerdo, res, papa y platillos exóticos que ha aprendido o que se toba de páginas web. Sobra decir que todos los miembros de su familia subieron algunos gramos durante nuestra estancia.

Hubo eventos en los que no fui requerido o simpemente estaba muy ocupado planeando travesuras con mis primos y Alejandro olvidó llevarme. Aún así les cuento que Alejandro pudo usar su traje (si, ese evento que pasa cada eclipse lunar) pues asistió a la boda de su prima Mariana, a la cual la felicito desde este espacio de letras espinosas. Tampoco me llevó al cumpleaños de Maira, aun sabiendo que un pariente mío (Santos) vive con ella desde hace algún tiempo. Hubo más fiestas, quedadas y noches de bar pero eso es materia para Paty Chapoy o Salsa Rosa.

Después de casi dos meses en México, y ya que nos habíamos vuelto parte del paisaje cotidiano, tuvimos que volver, una vez más vía Nueva York. Se que les prometí que contaría las andanzas americanas en otro post pero no me aguanto las ganas de contarles que casi perdimos el avión de regreso a Barcelona en Nueva York. La causa: la nieve, los retrasos en el metro y el exceso de confianza de Alejandro.

Para no hacerles el cuento largo salimos con una hora de anticipación para llegar al aeropuerto dos horas antes. Ingresamos al metro y tardó en llegar 15 minutos debido al clima. Al llegar, todos los vagones estaban llenos y no pudimos subir coin la maletita (de 25 kilos) que traíamos. A mi compañero le entró la histeria y su gran idea fue salri a tomar un taxi, no importando lo que costara. Para nuestra sorpresa casi todos los taxis terminaba turno a esa hora y nadie quería ir hasta JFK. Por fortuna uno (el conductor era dominicano) se atrevió, pero mejor nos acercó hasta otra estación de metro (15 minutos) que no tuviera le mismo problema que la otra. Después de 30 minutos y 17 dólares llegamos Penn Station y de ahí una hora minutos hasta el tren de JFK. Para los que lleven las cuentas, nuestra hora de anticipación se había esfumado y el avión estaba a 45 minutos de salir cuando llegamos al tren de JFK. Otros 15 minutos en el tren y la corrida más espectacular de su vida nos posicionó con media hora para la salida enfrente del mostrador de Air Lingus. Por fortuna, y aunque le duela aceptarlo a Alejandro, nos salvó un control de seguridad que la NSA ejecutaba antes de abordar nuestro avión. Ufff… respiró Alejandro y yo pude recobrar la vertical pues después de la carrera acabé de cabeza en su bolsillo de la chamarra. Así que con este thriller me despido hasta el próximo post

sábado, 31 de enero de 2009

México sorpresa



El año pasado estuvimos dos veces en México. La primera vez caímos de sorpresa después de visitar a la tía de Alejandro en California y fue de lo más divertido pues no sabían nada ni mis primos ni la familia de Alejandro.


Nuestro cómplice principal fue el primo de Alejandro (y su tío), que fue por nosotros al aeropuerto y se encargó de avisar que tenía un paquete para ellos. Por desgracia nuestro vuelo se retrasó y en vez de llegar a la 10 de la noche llegamos a la una de la mañana cuando ya todos estaban dormidos. Afortunadamente la hermana de Alejandro estaba escribiendo un ensayo y fue la receptora principal del shock sorpresivo de nuestra llegada. “¡Qué hacen aquí!” no paró de decir como por dos minutos por lo que despertó a la mamá de Alejandro que adoptó la misma frase “¡Qué hacen aquí!”.


Al principio todos pensaron que nos habían deportado por hacer o decir algo indebido y no se creían toda nuestra travesía por NY, Boston y Los Ángeles. Mis primos pensaron que éramos unos hologramas pues acababan de ver una película de ciencia ficción que los impresionó mucho.



La sorpresa duró poco, pues sólo estuvimos un par de semanas en el nitroso, azufroso y grisáceo DF. Eso si, Alejandro aprovechó para hacerse de 3 kilos de sobrepeso en su panza pues su dieta consistió en tlacoyos, tortas, gordas, tacos, huaraches y demás fritangas. Las visitas a los amigos no faltaron tampoco y hasta se reencontró con una amiga de la primaria. No se hasta que punto fue el reencuentro pues no me quiso llevar con él ninguna vez, así que les debo el chisme.