martes, 12 de febrero de 2008

Dos pájaros de un tiro


Tere, Alejandro y yo regresamos de Lisboa a Barcelona sólo para ver un concierto que se titulaba “Dos pájaros de un tiro”. Pensé que escucharíamos un concierto de aves cantoras como ruiseñores o jilgueritos y me emocionó. Hace mucho que habito en la ciudad, primero DF y ahora Barcelona, por lo que se me ha olvidado como cantan las aves canoras.

Estos pájaros se iban presentar en el Palau St. Jordi. Para los ruquillos que vieron las olimpiadas del 92 (yo no había nacido) es el lugar donde jugó el Dream Team y dónde se llevó a cabo la competencia de gimnasia olímpica.

Como buenos mexicanos, llegamos rayando al recinto y tuvimos que formarnos en unas colas terribles para recoger los boletos que habíamos comprado con tarjeta de crédito. Nuestro contingente era de cinco personas, dos patos y un puercoespín. No pensé que unos pajarillos atrajeran a tanta gente hasta que vi la multitud que hacía fila para entrar al Palau.

Después de un coraje de Alejandro, una angustiosa espera en la cola de Gaby y Roberto y varias mordeduras de uñas de Tere y Ary nos encontramos en la explanada del Palau. Para mi sorpresa no había pericos, jilgueros, mirlos o azulejos en el escenario sino Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina. Al principio me decepcioné pues mis expectativas habían sido engañadas, claro que tampoco le pregunté a Alejandro. Pero ya que empecé a escuchar los chistes que hacían en el escenario ese par y se dejaron venir “Mediterraneo”, “Aquellas Pequeñas Cosas”, “Contigo”, “Y sin embargo”, en fin, las mejores canciones del Noi del Poble Nou y del chico malo de Úbeda empecé a mutar de estado de ánimo.

Sin embargo, cuando vi a Tere cantando y bailando, a Gaby cantando con melanciolía superada aquella canción que bailó en su “Noche de bodas” o a Alejandro hacer su cara de “¡Uy, que rola! me uní definitivamente a la catarsis del momento y me uní al Patu y al Gordu para cantar “Penélope” y "La del pirata cojo".

Con la sangre hirviendo todavía por el formidable concierto, fuimos a brindar con cerveza ya prepararnos para nuestra siguiente etapa de este formidable viaje otoñal: Roma.

1 comentario:

Unknown dijo...

Pero qué buena fotografía la tuya Scorchy... tú en primer plano y detrás el escenario... imagino Alejandro la tomó, felicitaciones!
Saludines